Como terminar con ella!!!!


Quedamos como amigos, dijiste convencido. Y ahora, unos meses después, ya no sabes si quieres que sea tu amiga, tu amante o, simplemente, un souvenir del pasado.

Hace unos cuantos años, nuestros padres y abuelos no tenían estos problemas. Cuando un "noviazgo" se truncaba, nadie volvía a hablar de ello. "Antes, una ruptura era considerada como un fracaso total y se escondía. Ahora, cuando acaban, en muchos casos se busca que se transformen en otra cosa", explica la sexóloga asturiana Carolina Lombardía.
Sin embargo, es difícil saber qué es esa "otra cosa". Y sobre todo si es algo positivo o una forma de no pasar página. En ese limbo de los ex, encontramos diferentes situaciones, que, a veces, aportan beneficios y en otras ocasiones suponen un paso atrás. Para guiarte a través de esa niebla, deberás empezar a saber qué tenéis entre manos y hacia dónde te diriges. Tranqui, nosotros te echamos una mano, faltaría más.

Una despedida:

Te la reencuentras en un bar al cabo de un mes y, mira por dónde, os entra un calentón como en los viejos tiempos, cuando no había reproches. Después de todo, ¿qué mal hay en acabar la historia con un poco de pasión? Además, el "encuentro" de despedida es una modalidad socialmente admitida.

A favor: "Resulta divertido si las dos personas han perdido el interés de verdad porque pueden disfrutar, después de la tensión que han vivido, de una situación de relajamiento", asevera Lombardía. Es un pequeño regalo de despedida.

En contra: Es muy difícil que una pareja tome la decisión de cortar al unísono. Siempre hay uno que toma la iniciativa y el otro al que no le queda más remedio que aceptar la nueva situación. "En estos casos, el que está sufriendo, puede quedarse peor porque la herida sigue abierta y le costará más recuperarse", dice la sexóloga catalana Neus Colomer, autora de "Nuevas Adicciones" (Editorial Zenith).

Es el momento de... Darse un tiempo antes de volverse a ver. Lo que tiene de bueno y de malo el polvo de despedida es que deja un sabor dulce en la boca, nos recuerda lo bonito de la relación. Y eso está bien, para archivar el recuerdo sin rencor, pero puede acabar convirtiéndose en una trampa. Si cortasteis fue por algo y si olvidas las razones que os llevaron a ese punto, te encontrarás atrapado en alguna de las situaciones siguientes, de las que cuesta más salir. A veces una retirada a tiempo es una victoria.

Mientras encontramos a alguien... estamos ocupados:

Lo habéis dejado por mil razones, pero el sexo no se contaba en ninguna de ellas. Así que, ¿por qué no continuar acostándonos hasta que aparezca otra persona? Tu cabeza puede llegar a idear todo tipo de coartadas morales: "no hacemos daño a nadie", "¿por qué tengo que renunciar a algo que nos gusta a los dos?", "lo que tenemos es diferente a todo lo que le ha ocurrido a la historia de la humanidad hasta ahora y por eso nadie lo puede entender"... ¿En serio? No, de verdad, ¿en serio crees eso?

A favor: El sexo, claro. La seguridad de tenerlo sin tener que pagar, aparentemente, ningún peaje. Y aquí la clave es la palabra "aparentemente". Además, saber con seguridad que será una relación satisfactoria. Conocéis vuestros cuerpos, sabéis lo que os gusta y, a la vez, existe más pasión que cuando era una obligación o algo que se daba por hecho. Por otra parte, también puede ser una forma de reiniciar la relación, siempre y cuando los dos tengáis la misma intención.

En contra: "Lo más caro del mundo es la comodidad", comenta Colomer. Este tipo de situaciones parecen fáciles al principio, pero acaban siendo muy complicadas. "Este tipo de relaciones", prosigue "pasan una factura muy alta, porque te impide abrirte a la vida de nuevo. Además, la persona que no quería cortar, retrasa su proceso de duelo".

Es el momento de... No dejarse llevar por el calentón del momento. Las primeras veces que estás en la cama con otra, no puedes evitar sentir extrañeza, tu cuerpo aún recuerda al de tu ex. Esa añoranza sexual, sumada a que los primeros encuentros con otra mujer a menudo resultan poco satisfactorios, te pueden conducir a pensar que "más vale malo conocido, que sabio por conocer". Y ahí te puedes quedar atrapado, con la trampa de que lo que sientes hacia ella (al menos entre las sábanas) no llegarás a sentirlo con otra. Así que tienes que darle una oportunidad a otras relaciones, salir, conocer chicas, sentir que eres libre...

Lo nuestro es sólo sexo:

Es otra versión del punto anterior. De repente, la idea de convertir en tu amante a la que fue tu novia, tiene mucho morbo. Cada uno sigue con su vida, pero no renunciáis al sexo ocasional. En este caso, no hay limitaciones: no estáis pasando el tiempo hasta empezar otra relación. Normalmente, la diferencia con el caso anterior, es que ninguno se plantea ni remotamente la posibilidad de volver.

A favor: De nuevo, el sexo. Es fácil, placentero y sin compromiso. ¿Se puede pedir más?

En contra: Sigue siendo una mala idea. "Aunque digan que no es una relación, puede acabar siendo un placebo de una auténtica. Y no deja de ser un tipo de relación, que aunque no implique convivencia, puede ser igualmente traumática", argumenta Lombardía. ¿Crees que por que sólo sea tu amante, dejarán de molestarte las cosas que te llevaron a la ruptura? ¿Crees que no tendrás celos si te cuenta con quien se acuesta además de contigo?

Es el momento de... Separarte un tiempo de ella. A veces, pensar que las cosas son definitivas, nos hacen desearlas con más ganas. En cambio, si te tomas un tiempo y no lo ves como una puerta que se cierra, te lo puedes tomar con más calma. Busca nuevas distracciones e intenta hacer cosas diferentes a las que hacías a su lado.

Es mi mejor amiga:

Nunca nadie te ha dado consejos tan buenos en el trabajo. Tampoco crees que haya otra chica que se ría tanto como tú con las pelis de Will Ferrell y además te acompañé sin rechistar a ver el fútbol los domingos. ¿Por qué ha de desaparecer de tu vida y perder con ella todo lo bueno que tenéis? Además, estás seguro de que, al no tener sexo, no habrá problemas entre vosotros. Especialmente si eres tú el que no tiene el menor interés en acostarse con ella.

A favor: Tienes una complicidad especial y el sentimiento de que esa persona está por encima de todo. Habéis estado juntos, os habéis deseado, os habéis peleado y ahora forma parte de algo que está más allá de cualquier otra relación.

En contra: "Si era tan amiga y te sentías tan bien a tu lado, ¿por qué lo dejasteis?", te pregunta Colomer. Además, ten en cuenta que estas situaciones suelen ser campo abonado para el chantaje sentimental, que se puede traducir en llamadas de emergencia por cualquier tontería, en recriminaciones sutiles si no responden y en obligaciones que ninguno de los dos tendría que asumir a estas alturas de la fiesta.

Es el momento de... Puede ser tu amiga, pero no tu única amiga. Y si de verdad es tu colega, la puedes incluir el planes con más gente, en vez de buscar la intimidad que tenías cuando erais pareja.

Sigo sintiendo algo:

Los dos habéis rehecho vuestras vidas, tenéis otra relación y lo que pasó forma parte de vuestro pasado. Pero, de vez en cuando os cruzáis y acabáis en la cama. Te dices a ti mismo que ella tiene algo que no puedes resistir. Ella, seguramente, fantasea con una idea de futuro. Pamplinas: tenéis un calentón y lo estáis maquillando.

A favor: "Hay parejas de divorciados que acaban convirtiéndose en amantes. El morbo de lo prohibido hace que mejore el sexo. Tiene un punto de prohibido que lo hace más deseable", explica Colomer. Además, está la confianza, el sentir que no tienes que dar explicaciones, que la otra persona te conoce y comprende la situación.

En contra: "Estas relaciones no tienen futuro", advierte Lombardía. En verdad, no es un situación especialmente nociva para la salud emocional, pero demuestra inmadurez y te puede acarrear problemas.

Es el momento de... Abstenerse. "En la vida se ha de renunciar a cosas que nos apetecerían hacer. A veces tendemos a confundir la calentura con el enamoramiento. Nos parece más lícito reconocer el amor que el deseo, y no tendría por qué ser así. De la misma forma que sentimos una pulsación sexual hacia desconocidos o, incluso, hacia gente que odiamos, ¿por qué no reconocer que únicamente sentimos deseo hacia un ex? Pero de ahí, a acabar acostándonos con esa persona hay un paso. Y para no darlo se ha de aprender a renunciar y ser consecuente", dice Lombardía.

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